La alfalfa es una planta de la familia de las leguminosas, es originaria de Persia. Su nombre podría derivar del término árabe alfasasat.

Puede alcanzar hasta un metro de altura. Tiene pequeñas hojas de color verde brillante; las flores son azules o violetas y dan frutos en forma de vaina. Su raíz se introduce en la tierra a gran profundidad, por lo que alcanzan muchos nutrientes y soporta sequías extremas.

Se ha utilizado para alimentar al ganado y a las aves de granja, pero también forma parte de nuestra alimentación. Por ejemplo, las hojas pueden ser un sustituto de las acelgas o espinacas, aunque quizá estés más acostumbrado a consumirla en germinado.

Nutrientes Por su riqueza en proteínas, minerales y vitaminas la alfalfa forma parte de los ingredientes de muchos productos alimentarios y dietéticos o alimentos energéticos. También, por su contenido de calcio y vitamina D, se usa como complemento alimenticio.

Algo más que hojas Con las semillas molidas y asadas se puede obtener harina para elaborar pan.

PROPIERDADES

• Rica en vitaminas del grupo B, vitaminas C, A, E, y K. También contiene calcio, hierro, magnesio, fósforo, silicio, sodio, potasio y selenio.
• Posee propiedades antiinflamatorias y diuréticas que son utilizadas para el tratamiento de las infecciones del aparato urinario.
• Debido a la presencia de saponinas y unido a su riqueza en fibra reduce la absorción del colesterol en el intestino.
• Por los aminoácidos (arginina y asparagin) y minerales ( potasio, calcio y magnesio) que contiene es un diurético.

Es uno de los cultivos más extendidos en zonas de clima templado. En nuestro país Chihuahua encabeza su cultivo, seguido de Guanajuato y Durango.

Hojas Las hojas tiernas de alfalfa pueden comerse como verdura, hervidas o añadiendo sus brotes tiernos a las ensaladas. Las flores también son comestibles. Si lo tuyo son las infusiones deberás utilizarlas deshidratadas.

Germinado Puedes añadir unos brotes a tus licuados, jugos, ensaladas o sándwich. Revisa que esté seco para que no se pudra y guárdalo en el refrigerador en un frasco de vidrio, con una servilleta absorbente en el fondo y tapado. Asegúrate siempre consumirlo perfectamente lavado y desinfectado. Si estás embarazada evítalo.